Cómo cultivar el amor propio en los niños

Cómo cultivar el amor propio en los niños

Al convertirte en padre o madre, te diste cuenta de la inmensa tarea que te esperaba: educar a tu hijo para que se convierta en un adulto seguro de sí mismo, consciente de su potencial y de sus capacidades.

Porque, además de enseñarle hábitos de higiene o buenos modales, pronto comprendiste que también debías mostrarle cómo ganar confianza en sí mismo, cómo dominar sus miedos o encontrar actividades que se adapten a su carácter introvertido.

Pero el amor propio… parece particularmente difícil de enseñar. ¿Es realmente posible enseñar a nuestros hijos a quererse a sí mismos? ¿Cómo hacerlo y asegurarse de que ese amor propio los acompañe durante toda su vida? Descubre nuestros consejos y recomendaciones para fomentar el amor propio en tu hijo, sin importar su edad.

¿QUÉ ES EL AMOR PROPIO?

El amor propio es el acto de amarse y valorarse incondicionalmente: en términos simples, se trata de nuestra relación con nosotros mismos. Esta relación se desarrolla desde una edad muy temprana, aproximadamente a los 18 meses, cuando comenzamos a tener autoconsciencia.

Sin embargo, los primeros indicios de amor (o desamor) hacia uno mismo no se manifiestan hasta más tarde, alrededor de los 3 o 4 años. La entrada a la guardería o al preescolar y la socialización con otros niños de la misma edad confrontan a los pequeños con su propia imagen y con la percepción que creen proyectar en los demás. Así, a través de la impresión que causan o creen causar, comienzan a desarrollar su amor propio y, sobre todo, su autoestima.

¿POR QUÉ DESARROLLAR EL AMOR PROPIO?

Un niño que confía en sí mismo, en sus capacidades y que tiene una relación sana consigo mismo es un niño que crecerá de manera plena. De esta forma, no temerá la opinión de los demás, no dudará en defenderse cuando enfrente una situación de injusticia y tendrá la capacidad de recuperarse frente a los fracasos.

CÓMO CULTIVAR EL AMOR PROPIO EN LOS NIÑOS: 5 MÉTODOS EFICACES

Fomentar actos de amor hacia los demás

No se puede desarrollar el amor propio si no se entiende cómo dar amor a los demás. Afortunadamente, esta noción de amor y afecto se puede enseñar desde el nacimiento.

  • A través de actos de cariño que nos hagan felices a nosotros y al otro: dar un abrazo por la mañana o un beso antes de dormir.
  • Ofreciendo regalos significativos en lugar de materiales: regalar flores recién cortadas, hacer un bonito dibujo o pasar tiempo de calidad juntos.
  • Elogiando a los demás: y no solo en aspectos físicos. También podemos halagar la personalidad, las habilidades o el buen humor.
  • Ayudando a los demás: con pequeños gestos cotidianos que alegren al otro, también mostramos amor y afecto.

El consejo de Pimagix: Para enseñar a tu hijo las diferentes formas de amor y afecto, muéstrale los distintos lenguajes del amor. Las palabras de afirmación, los momentos de calidad, los actos de servicio, los regalos o el contacto físico son lenguajes del amor que puedes enseñarle para que comprenda cómo se expresa el amor en la familia y con sus seres queridos cada día.

Salir de la zona de confort

La zona de confort abarca todas las situaciones que conocemos y a las que nos enfrentamos en el día a día. La zona de confort se define por la certeza: sabemos qué esperar, cuáles serán las consecuencias de nuestros actos y los resultados de cada situación.

Sin embargo, esta certeza también implica estancamiento: en nuestra zona de confort, es imposible crecer y desarrollarse, ya que estamos atrapados en nuestras creencias sobre nosotros mismos… incluso en las negativas.

Y tu hijo no es la excepción: su zona de confort, aunque reconfortante y llena de certezas, también limita su potencial y su amor propio.

Al desafiar a tu hijo a salir de su zona de confort, le das las herramientas necesarias para ganar confianza en sí mismo, descubrir su potencial y redefinir los límites de lo que es capaz de hacer. Le enseñas a desarrollar una mentalidad de crecimiento, también conocida como growth mindset.

Un niño que confía en sus capacidades es un niño que tiene una buena relación consigo mismo, que no teme al juicio de los demás y que sabe que siempre puede mejorar.

Cultivar la inspiración y la motivación diariamente

¿Alguna vez has escuchado el dicho que dice que somos la suma de las cinco personas más cercanas a nosotros? Lo mismo ocurre con nuestro entorno. Diariamente, nos alimentamos e inspiramos de lo que nos rodea. Así, si cada mañana enciendes la televisión y te enfrentas a noticias negativas, es probable que tu día no sea el más alegre. Tenderás a ser más pesimista, menos atrevido y a ver las cosas de manera negativa.

Imagina entonces el mismo efecto en tu hijo, día tras día...

Por eso, al crear un entorno positivo, fomentarás sin duda la motivación y las fuentes de inspiración para tu hijo. Por ejemplo, podrías ofrecerle libros positivos que aumenten su imaginación y lo animen a cumplir sus sueños. Así es como concebimos nuestros Magami, basados en la psicología positiva y diseñados para ser una fuente de inspiración y motivación para tus hijos. Disponibles desde los 4 años, los Magami ayudarán a tu hijo a cambiar su visión del mundo y a verlo con ojos más positivos.

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Practicar las afirmaciones positivas

El impresionante poder de las afirmaciones positivas es indiscutible. Ya sea a través de frases que se escriben, se repiten o se leen, practicar afirmaciones positivas permite remodelar nuestra mente día a día para pensar de manera más alegre, ver el lado bueno de las cosas y volverse más resiliente.

Al usar afirmaciones positivas, tu hijo podrá cultivar y, sobre todo, desarrollar su amor propio. Por ejemplo, con afirmaciones dirigidas directamente hacia sí mismo:

  • Soy una persona determinada
  • Supero todos los obstáculos
  • Los fracasos me ayudan a tener más éxito
  • Soy alguien sociable y afectuoso
  • Tengo amigos geniales y hago todo lo posible por ser uno también

Con una práctica regular, todas estas afirmaciones se convertirán en un verdadero poder mágico para tu hijo. Incluso es probable que, en algún momento, las afirmaciones positivas se vuelvan una parte integral de su rutina diaria

Resaltar lo positivo en lugar de lo negativo

Además de practicar afirmaciones positivas, puedes proponerle a tu hijo adoptar el hábito del "- = +". Por cada pensamiento negativo que exprese, deberá "ver el lado bueno" y encontrar un aspecto positivo en la situación que está describiendo negativamente.

Aquí tienes algunos ejemplos:

  • He fallado en mi examen de matemáticas, soy malo → "Estudiaré más la próxima vez".
  • Hace mal tiempo, el día está arruinado → "Puedo probar nuevas actividades en interiores, como cerámica o pintura".
  • He tenido una discusión → "Tuvimos un desacuerdo, esperaré a calmarme para hablar y así tranquilizar la situación".
  • Esa persona tiene juguetes más bonitos que los míos → "Tengo suerte de tener tantos juguetes con los que me divierto".

Cultivar el amor propio no es fácil para nadie: requiere constancia, tiempo y paciencia. Sin embargo, es uno de los regalos más hermosos que puedes darle a tu hijo.

¿Cuál de estos consejos te animarás a probar?

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