La autoestima no debe confundirse con la confianza en sí mismo. De hecho, aunque estos dos términos parecen similares, la autoestima corresponde al juicio que uno tiene sobre su propia persona. Y si, en la edad adulta, esta autoestima está bien definida, realmente comienza a construirse desde la infancia: ¡comienza a desarrollarse alrededor de los 4 años! Acompañar a su hijo en la construcción de la autoestima es esencial: esto le permitirá realizar su máximo potencial, cumplir sus sueños y, sobre todo, entender cuán maravilloso es.
¿CÓMO DEFINIR LA AUTOESTIMA?
La autoestima es la relación que establecemos entre la imagen que tenemos de nosotros mismos y la persona que nos gustaría ser: esto concierne a nuestra personalidad, nuestra apariencia física, nuestros gustos, nuestras reacciones y nuestros sentimientos. Pero también concierne a nuestras cualidades o defectos, nuestras fortalezas y debilidades.
Por lo tanto, tener una buena autoestima significa tener una imagen positiva de uno mismo y aceptar tanto los buenos como los malos aspectos, sin juicio negativo ni vergüenza. Por el contrario, una baja autoestima puede generar un juicio negativo, dificultad para expresar emociones, para entender la noción de respeto o para salir de la zona de confort.
¿POR QUÉ ES FUNDAMENTAL CULTIVAR LA AUTOESTIMA DESDE LA INFANCIA?
El niño que se está formando hoy será el adulto del mañana: de esta manera, todo lo que experimente en su infancia inevitablemente influirá en la persona que llegará a ser. Por eso, la educación, así como el aprendizaje y la formación de sus propios valores, son fundamentales.
Fomentar la autoestima en su hijo lo ayudará a crecer y convertirse en un adolescente y luego en un adulto confiado en sí mismo, en su valor y en su lugar en el mundo.
Este adulto, a su vez, tendrá confianza en el futuro, sabrá establecer metas y alcanzarlas, desarrollará una relación positiva con su cuerpo y establecerá relaciones saludables con los demás.
¿Qué más podríamos desear para un niño que desarrollar una autoestima sana y positiva?
ALGUNOS CONSEJOS PARA FOMENTAR LA AUTOESTIMA DE TU HIJO
Valora sus intereses
Para desarrollar su autoestima, un niño necesita sentirse lo suficientemente cómodo para expresar su personalidad a través de sus intereses. Y durante la infancia, estos intereses son muchos... ¡y especialmente cambiantes!
Sin embargo, es explorando diversas actividades, pasiones y hobbies como tu hijo encontrará la manera de lograr en el futuro todo lo que desea. Por lo tanto, puedes fomentar sus diversos intereses mostrándote interesado, haciéndole preguntas sobre ellos, o sugiriéndole realizar alguna actividad relacionada con lo que le interesa, por ejemplo.
El acto de valorar sus intereses es fundamental: le demostrará que lo amas incondicionalmente y le permitirá conocerse mejor, un elemento clave en la construcción de la autoestima.
Valida sus emociones
Saber expresar y manejar sus emociones es una tarea particularmente complicada para un niño en pleno crecimiento y en constante aprendizaje sobre sí mismo. A veces, les faltan las palabras para expresar lo que sienten... entonces, son manifestaciones físicas, como el llanto, los gritos o el silencio total, las que revelan estas emociones.
Desde nuestra perspectiva adulta, estas reacciones a veces nos parecen excesivas: rápidamente tendemos a catalogarlas como “berrinches” o “caprichos”. Sin embargo, la psicología Montessori nos enseña que los caprichos son solo necesidades ocultas. Por lo tanto, es importante no rechazar las emociones de tu hijo, sino tratar de comprender la necesidad que se esconde detrás de este cúmulo de sentimientos que no logras entender o explicar a primera vista.
Aquí tienes algunas frases y preguntas para ayudar a tu hijo a comprender, validar y canalizar sus emociones:
- "Entiendo que algo te molesta. ¿Puedes explicarme qué es?"
- "Tienes derecho a llorar, es normal. ¿Cómo puedo ayudarte a sentirte mejor?"
- "Sé que te cierras en ti mismo cuando te sientes rechazado. ¿Es eso lo que sucede?"
- "No sé si estás cansado o enojado. ¿Puedes decirme qué sientes?"
- Al hacer preguntas y poner palabras a las emociones de tu hijo, este se sentirá comprendido y escuchado, lo cual fortalecerá su autoestima: se sentirá valorado.
Habla sobre tus propios errores y fracasos
Es bien sabido: todos somos, de cerca o de lejos, un reflejo de nuestros padres. En la infancia, parte de nuestro aprendizaje se realiza por repetición o imitación: así es como aprendemos muchas cosas, sean buenas o malas.
Siguiendo este principio, tu hijo también puede aprender a reaccionar mejor ante sus errores, aprendiendo de los tuyos. Deberás aprender a mostrar que no eres perfecto, que a veces también fallas. Siéntete cómodo al comunicarte con tu hijo sobre tus propios errores: explícale la situación, tu responsabilidad, lo que podrías haber hecho de manera diferente y, sobre todo, destaca lo que estos errores te han enseñado.
Al convertir este tipo de comunicación en una norma en tu relación con tu hijo, tenderá a reproducir este comportamiento más adelante y, así, a manejar mejor sus propios errores y fracasos. Además, también podrías sugerirle que realice este ejercicio: cuando se enfrente a un fracaso, propónle evaluar la situación, analizarla y sacar las conclusiones necesarias. En lugar de condenar el fracaso, valora la experiencia que obtiene de él.
No lo encierres en una burbuja
Es legítimo querer proteger a tu hijo del mundo exterior y hacer todo lo posible para evitar que se lastime o se sienta triste.
Sin embargo, no caigas en la trampa de la sobreprotección, que podría tener el efecto contrario:
- Desarrollar miedos irracionales.
- Pensar que no es capaz de estar solo, de hacer las cosas por sí mismo o de tomar riesgos.
- Ver toda nueva situación como peligrosa.
Encontrar el equilibrio adecuado entre proteger y dejar ir es complejo: confía en ti mismo, pero también confía en tu hijo y en sus capacidades. Así es como descubrirá el mundo y se volverá más confiado y fuerte.
Reconoce sus fortalezas... y sus debilidades
En un mundo que incentiva la comparación y la perfección, las debilidades de cada uno suelen verse como un obstáculo, un defecto que es esencial corregir. Además de generar complejos, este enfoque promueve la idea de que la "perfección" es la única manera de sentirse bien consigo mismo y de tener una autoestima positiva.
Enseña a tu hijo a ver el mundo de manera diferente, reconociendo tanto sus fortalezas como sus debilidades en igual medida. Al explicarle que sus defectos o debilidades forman parte de lo que lo hace único y especial, aprenderá poco a poco a aceptarlos
Entonces, cambia la forma de hablar sobre sus defectos y debilidades:
- "Mi hijo es impulsivo" > "Mi hijo aún está aprendiendo a manejar sus emociones".
- "Mi hija no es deportiva" > "Mi hija necesita más tiempo para aprender un deporte".
- "Mi hijo no es sociable" > "Mi hijo se toma su tiempo para conocer a otros y hacer amigos".
Al cambiar la manera de hablar, también cambiarás su percepción. Esto desarrollará en él una mentalidad de crecimiento (Growth Mindset), que le ayudará a construir su autoestima y a conocer su verdadero valor.
Cultivar la autoestima en los niños es un trabajo de largo plazo, pero esencial para que crezcan de manera serena. Con una autoestima positiva, ¡podrá realizar su increíble potencial y tener confianza en sí mismo!
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